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Boletín Informática y Salud ISSN 0121-4675 | Res.Min.Gob.0036/91 | Año 19 Nro.09/2009 | Bogotá, 23feb a 01mar/2009 |
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2.
Lo que propone GlaxoSmithKline En particular Witty pronosticó que en adelante las operaciones de GSK en los países más pobres, pero también en los de ingreso medio como Brasil o India, tendrán una nueva cara. Entre las principales propuestas se encuentran:
Esta pionera propuesta de la gigante británica llama la atención no solo por el contraste que representa frente a una iniciativa similar de la compañía norteamericana Pfizer, que publicamos hace unos días en este mismo medio, sino porque parece responder a las inquietudes de ONGs y activistas de derechos humanos expuestas arriba, en la medida en que sugiere estar encaminada a cambiar el modelo de negocios, a la vez que parece acercarse a tener las proporciones adecuadas para combatir las apremiantes necesidades del mundo en este tema. Más específicamente la propuesta de GSK está a la vanguardia y se diferencia de la de Pfizer entre otras por dos razones fundamentales, a saber:
2.1. La propuesta de GSK es estructural y no superficial La primera diferencia, el hecho de que la propuesta de GSK sea estructural, está asociado a la transformación profunda de la forma de hacer negocios que propone esta compañía versus las medidas puntuales y ‘de forma’ que propone la compañía norteamericana. En pocas palabras la compañía británica parece estar respondiendo al llamado de las organizaciones de la sociedad civil que hace 4 años exigieron una verdadera responsabilidad social, mientras que Pfizer está proponiendo algo más parecido a lo que dichas organizaciones criticaban hace 4 años. En particular, aunque ambas compañías está proponiendo bajas en los precios de los medicamentos para los países más pobres, GSK está diciendo a qué equivaldrían esos precios inferiores, está contemplando tener un modelo de negocios diferenciado y está incluyendo en dicho modelo no solo a los países más pobres sino también a los países de ingreso medio, y sobre todo, más importante que cualquier otra cosa, está ofertando liberar las patentes que tiene sobre la investigación en medicamentos para enfermedades huérfanas. Si bien GSK no menciona otras patentes, por ejemplo las de los productos de VIH-Sida, el avance es significativo con respecto a la propuesta de Pfizer que, ni especifica cuánto va a ser el diferencial de precios, ni pretende ceder ningún derecho de propiedad intelectual, sino que solo propone dar plazos extra (16 años) para su completa protección en algunos países (los del África subsahariana), ni se atreve a contemplar incluir a los países de ingreso medio en su estrategia. 2.2. La propuesta de GSK es cosmopolitana y no proteccionista La segunda diferencia, el hecho de que la propuesta de GSK sea cosmopolitana, se refiere a que aparentemente no está ligada a ninguna estrategia comercial y su fin último no parece ser el combate cada vez más fuerte a las violaciones en la protección de los derechos de propiedad intelectual a nivel global. En cambio, la propuesta de Pfizer está claramente ligada a la política comercial norteamericana (tan es así que es el resultado de una solicitud precisamente del órgano que en el senado se ocupa de dichas temáticas), y además no hace otra cosa que dar plazos en el cumplimiento de la protección de propiedad intelectual, pero no propone transformar estructuralmente el modelo de negocios de la compañía en los países del Sur. Por otra parte, la iniciativa de GSK parece además revertir la tendencia tradicional en este tema que privilegia los ciudadanos del primer mundo sobre los ciudadanos del sur global. Este hecho se hace aun más evidente si pensamos que hace poco menos de tres meses la misma compañía despidió a 1.000 personas en los EE.UU. y que el pasado 4 de febrero anunció que se perderán muchos más trabajos tanto en Gran Bretaña como en el resto del mundo en un intento por reducir los costos para enfrentar la crisis de sus utilidades por la competencia genérica y el vencimiento de patentes[3]. Adicionalmente, la propuesta de GSK parece incluso estar al margen de la tendencia evidenciada por parte de algunos medios de comunicación que afirman que frente a la crisis financiera actual se está produciendo un viraje significativo pasando del libre comercio al proteccionismo rampante. Así lo denuncia por lo menos la revista The Economist en su edición pasada con un titular que dice que la integración de la economía mundial está en retirada en casi todos los frentes (The integration of the world economy is in retreat on almost every front)[4]. GSK demuestra que esta hipótesis aplica para ciertos sectores pero no para todos. De hecho, la compañía no pretende cerrar filas en su país de origen ni en el contexto de los países desarrollados, sino todo lo contrario, despide funcionarios en esos países mientras promete bajar los precios y liberar las patentes en los países del sur. 3. Conclusiones En conclusión, de ser ciertas las afirmaciones de Andrew Witty estaríamos presenciando una nueva generación de estrategias de la industria farmacéutica transnacional en la que el mundo en desarrollo jugará un papel muy distinto al que juega actualmente y, tanto la propiedad intelectual, como la lucha contra la competencia genérica, se manejarán probablemente de forma distinta. Y todo esto es más natural de lo que parece, si pensamos que los países del norte están implementando de nuevo políticas de Estado del Bienestar, reformando los sistemas de salud y controlando, entre otros, las compras y los precios de los medicamentos. En este contexto, y mientras se deterioran las utilidades en el norte, la industria farmacéutica tendrá que mirar hacia el sur. [1]
Tomado de Dhanarajan, Sumi (2005) “Managing ethical standards: when
rethoric meets reality”, Development in Practice, Vol 15, Number 3 &
4, pág 524. Favor enviar sus sugerencias y comentarios a andia@observamed.org |
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