-
Reducir
el crecimiento a largo plazo de los costos de la asistencia médica
para las empresas y el gobierno
-
Proteger
a las familias de la bancarrota o de las deudas causadas por
costos de asistencia médica
-
Garantizar
la elección del médico y de los planes de salud
-
Invertir
en prevención y bienestar
-
Mejorar
la seguridad para el paciente y la calidad de la asistencia
-
Garantizar
una cobertura médica asequible y de gran calidad para todos
los estadounidenses
-
Mantener
la cobertura cuando una persona cambia de empleo o lo pierde
-
Eliminar
los obstáculos para la cobertura de personas con afecciones médicas
preexistentes
De
estos ocho principios al menos 3 tienen que ver directamente con
la estructura de costos del sistema de salud y su financiamiento,
ya que el aumento excesivo de los costos se ha canalizado
principalmente de dos formas que van en detrimento de los más débiles
participantes del sistema (i.e. las pequeñas empresas y los
hogares):
-
A
través del aumento de las primas que pagan los empleadores,
que termina afectando la competitividad de las empresas, pero
sobretodo de las más pequeñas. En efecto, las primas de
seguro de salud subsidiadas por el empleador han aumentado más
del doble en los últimos 9 años, un crecimiento 3 veces más
rápido que el incremento salarial acumulativo[2].
-
A
través del incremento en el valor de los deducibles, copagos
y del porcentaje de conceptos que deben ser gasto de bolsillo
de los hogares. De hecho, el deducible promedio para una
familia de pequeña empresa aumentó 64% en sólo dos años,
pasando de US $1,439 a US $2,367. Por su parte, los costos del
propio bolsillo subieron aún más bruscamente, con un
incremento del 30 por ciento, de un promedio de $2,827 en 2001
a $3,744 en 2006[3].
2.
Las
aseguradoras y las farmacéuticas son las mayores responsables de
costos injustificados y representan el mayor obstáculo para la
Reforma
El
incremento permanente y exagerado de las cuentas de salud ha sido
explicado por múltiples factores, pero sin duda el incremento en
los costos asociados a la administración hecha por las
aseguradoras y a la compra de medicamentos han sido los que mayor
controversia han causado.
En
su propuesta de campaña, Obama identificó las acciones
anticompetitivas de la industria farmacéutica y de las compañías
aseguradoras como uno de los principales causantes de los
sobrecostos para el sistema, y manifestó expresamente que “no
es justo que las familias Americanas estén pagando primas astronómicas
mientras compañías farmacéuticas y de seguros disfrutan records
en sus utilidades”[4].
La
situación de los medicamentos en particular es apremiante, si
consideramos que constituyen la segunda causa más importante del
incremento acelerado de los costos del sistema de salud
norteamericano, y que en EE.UU. se puede pagar en promedio hasta
67% más que en otros países desarrollados por los mismos
productos[5].
Es
por eso que, frente a los elevados costos farmacéuticos, el
actual presidente proponía en su campaña tres alternativas:
-
Por
un lado, permitir las importaciones paralelas de países con
menores precios e iguales garantías de seguridad;
-
Por
otro lado, evitar que las compañías farmacéuticas limitaran
la entrada de alternativas genéricas al mercado; y
-
Por
último, permitir que el programa Medicare negociara mejores
precios de medicamentos.
Casi
proféticamente, la misma propuesta de campaña resaltaba que
tanto las aseguradoras como las compañías farmacéuticas,
responsables de los mayores incrementos en los costos
injustificados, “se benefician del status quo y en muchos casos
representan el mayor obstáculo para la reforma”[6].
3. El primer semestre de 2009 las grandes farmacéuticas (big pharma) destinaron
más de 13 millones de dólares al "lobby" y lograron un
acuerdo secreto con la administración Obama
Y
en efecto, la industria farmacéutica ha invertido toda su energía
en influenciar el proceso de reforma, y definitivamente tiene
suficientes recursos para hacerlo. Basta con conocer las cifras
que PhRMA (Pharmaceutical Research and Manufacturers of America),
la organización que representa los intereses de la industria
farmacéutica de investigación en los Estados Unidos, ha
destinado al lobby en lo corrido del año 2009.
Efectivamente,
según un artículo del Washington Post al respecto, PhRMA reportó
haber destinado US$ 6.2 millones al lobby en el segundo trimestre
del 2009. Esta cifra, sumada a los US$ 6.9 millones del primer
trimestre del año, implica un aumento de más del 50% frente al
mismo período del año pasado en el que dicha organización había
destinado US $ 8.6 millones al lobby[7].
Así
mismo, la compañía GlaxoSmithKline reportó un gasto en lobby de
US $1.8 millones en el primer trimestre y de otros US $2.3
millones entre abril y junio. Por su parte, Novartis reportó
gastos por el mismo concepto de US $1.4 millones en el primer
trimestre y de US $1.8 millones en el segundo, y Bayer Corp.
Mantuvo los US $2 millones de
lobby en ambos trimestres[8].
Es
así como, en días pasados la industria farmacéutica protagonizó
uno de los escándalos más sonados de la Casa Blanca, al hacerse
público un acuerdo secreto entre dicha industria y el gobierno de
Barack Obama. Aunque las partes dicen que el reporte a la prensa
no es exhaustivo, en el memorando interno que se hizo público
hace una semana, PhRAMA se compromete a
reducir hasta en US$ 80 billones (pero no más) los costos
proyectados a 10 años, a cambio de que la Casa Blanca se abstenga
de hacer futuras negociaciones para bajar los precios en el
Medicare (parte D y parte B) y que se oponga a las importaciones
paralelas[9].
El
acuerdo, sin duda, contradice varias de las aseveraciones del
presidente en su campaña, ya que éste se había comprometido a
forzar a la industria a negociar mejores precios, a permitir las
importaciones paralelas desde Canadá, y sobre todo, a realizar
acuerdos de este tipo a la luz pública y no en privado.
4.
Los
gigantes farmacéuticos (big pharma) quieren más: Protección de
datos de prueba de 12 años para medicamentos biotecnológicos y
barreras tecnológicas para frenar la competencia de
"biosimilares"
Pero
mientras el debate se enfoca en el mencionado acuerdo de los US $
80 billones, la industria avanza su agenda paralelamente y
presenta una propuesta de acuerdo ante el congreso, que aunque ha
generado debate, ha tenido mucha menos visibilidad que otros
asuntos de la reforma.
Esta
propuesta, sin embargo, podría poner en riesgo la viabilidad de
la reforma misma si tenemos en cuenta que podría generar nuevos
sobrecostos astronómicos para el sistema, y que, de nuevo, va
completamente en contravía de lo propuesto por Barack Obama en su
campaña.
La
propuesta consiste en proteger por un período no inferior a 12 años
los datos de prueba del los productos biotecnológicos. A pesar de
la posición del presidente, que manifestó que 7 años era ya una
protección generosa, y de la Comisión Federal para el Comercio,
que sugirió que no debería haber protección en absoluto[10],
la propuesta va bien en el congreso y podría ser aprobada.
Los
medicamentos biotecnológicos, como ya lo hemos manifestado en
otros boletines, representan la nueva apuesta de la industria
farmacéutica, en la que están cifradas sus esperanzas de futuras
utilidades. Pero además estos medicamentos ya tienen en jaque a
buena parte de los sistemas de salud por sus excesivos costos.
El
sistema norteamericano no es la excepción, si tenemos en cuenta
que los medicamentos biotecnológicos cuestan en promedio 22 veces
más que los productos farmacéuticos convencionales de marca, y
que en algunos casos el tratamiento por paciente con estos
medicamentos puede superar los US $ 100.000 al año[11].
5.
Las
similitudes con el caso colombiano son evidentes:
La
experiencia norteamericana no está para nada alejada de nuestra
realidad si miramos las trabas a las que se han enfrentado y el
limbo en el que se encuentran las medidas para acatar la sentencia
760 de la Corte Constitucional. Así mismo, vale la pena recordar
que hace solo unos cuantos meses en nuestro país se discutía una
normativa que todavía está pendiente de aprobación y que
buscaba exactamente lo mismo que su homónima americana, hacer más
estrictos los requisitos de registro para los productos
bio-similares extendiendo así los privilegios monopólicos de la
industria farmacéutica transnacional.
Así
mismo, y al igual que en Estados Unidos, los colombianos estamos
pagando por los medicamentos significativamente más que el resto
de la región latinoamericana, como lo muestra el informe de
AIS-HAI y la propia Circular 02 de 2009 de la Comisión Nacional
de Precios de Medicamentos con el caso del Kaletra.
Más
aun, no sería para nada exagerado afirmar que nos encontramos en
un dilema similar al norteamericano y que, como ya lo hemos
denunciado en este boletín en múltiples ocasiones, la suma entre
desregulación, desinformación y protección de propiedad
intelectual para preservar las ganancias de unos pocos, amenazan
con hacer insostenible el sistema de salud colombiano privando a
muchos del derecho fundamental a la salud.
[1]
“The costs of INACTION. The urgent need for Health Reform” en
http://www.healthreform.gov/reports/inaction/inactionreportprintmarch2009.pdf
[2]
“Helping
the bottom line. Health Reform and small business” en
http://www.healthreform.gov/reports/helpbottomline/helpbottomline.pdf
[3]
“Hidden costs of Health Care: why Americans are paying more but
getting less” en
http://www.healthreform.gov/reports/hiddencosts/hiddencosts.pdf
[4]
“Barack Obama and Joe Biden’s plan to lower health care costs
and ensure affordable, accessible health coverage for all”
en http://www.barackobama.com/pdf/issues/HealthCareFullPlan.pdf
[5]
Uno de
los estudios a este respecto muestra que para 2003 y una muestra
de 30 medicamentos líder los precios eran 52% más bajos en Canadá,
59% más bajos en Francia y 47% más bajos en el Reino Unido. (en
G. F. Anderson, D. G. Shea, P. S. Hussey et al., “Doughnut Holes
and Price Controls,” Health Affairs Web Exclusive (July 21,
2004):w4-396–w4-404)
[6]
“Barack
Obama and Joe Biden’s plan to lower health care costs and ensure
affordable, accessible health coverage for all”
en http://www.barackobama.com/pdf/issues/HealthCareFullPlan.pdf
[7]
“Lobbyists spend millions to influence Health Care”, The Washington Post, July
21, 2009.
[8]
Ibid.
[9]
Copia
del memorando se encuentra en artículo del Huffington Post del
pasado 13 de agosto.
http://www.huffingtonpost.com/2009/08/13/internal-memo-confirms-bi_n_258285.html
[10]
Los reportes de hecho indican que la competencia de seguidores
biotecnológicos es deseable para proteger a los consumidores. Vea
los reportes de la Federal Trade Commission en http://www.ftc.gov/opa/2009/06/biologicdrugs.shtm
[11]
“Guest
editorial: Big Pharma wants to keep monopoly” By Sarah
Rimmington and Robert Weissman, The Tennessean, August 28, 2009.
En http://www.tennessean.com/article/20090828/OPINION01/908280342/1007/
Favor enviar
sus sugerencias y comentarios a andia@observamed.org
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