Señor Ministro, le invitamos cordialmente a hacer un análisis serio y profundo de la cadena de
intereses, acciones, decisiones y omisiones que nos han llevado al estado actual. Este análisis es un
prerrequisito para decidir la hoja de ruta del sector ahora bajo su liderazgo. No podemos seguir
pegando remiendos ni poniendo más dinero en un bolsillo roto.
En la entrevista usted afirma a la opinión pública que no existe una crisis de la salud. Discrepamos
con usted en este punto y, por el contrario, le invitamos a revisar la evidencia proveniente de
diversas fuentes y con distintos métodos, publicada en los últimos años sobre los graves
problemas de salud pública que se vienen presentando en el país.
En el anexo que adjuntamos a esta carta le allegamos algunas de las evidencias más importantes
en las cuales sustentamos nuestro juicio. No estamos recibiendo en salud de acuerdo a los dineros
públicos que estamos gastando.
Tampoco podemos compartir su otra afirmación de que no existe una crisis de los servicios de
salud en Colombia.
Los indicadores trazadores de la salud pública que hemos señalado, nos llevan a preguntarnos
cuáles son los servicios de salud que estamos ofreciendo para llegar a dónde estamos. Un tema va
relacionado con el otro. Detrás de la crisis en la prestación de los servicios de salud para los
enfermos está la crisis de los servicios de salud para los sanos. No tenemos ni los unos ni los otros.
ANEXO
La situación de la mortalidad materna e infantil, de las enfermedades inmuno-prevenibles y de los
niveles de inmunización, la sífilis congénita, la tuberculosis son solo algunos de los indicadores que
muestran la existencia de una profunda crisis de la salud pública
En el Informe del año 2012 de la Organización Panamericana de la Salud se mencionan los
siguientes indicadores para Colombia:
Entre los años 2006 y 2009, la razón de mortalidad materna aumentó de 70 a 72,9 por 100.000
nacidos vivos. En el año 2009, varios territorios tuvieron valores superiores al promedio nacional,
los departamentos de Amazonas (374,3 por 100.000 nacidos vivos), Vichada (278,2 por 100.000
nacidos vivos), La Guajira (222,9 por 100.000 nacidos vivos) y Vaupés (173,9 por 100.000 nacidos
vivos). Las principales causas de mortalidad materna fueron las obstétricas directas, es decir en
principio evitables con unos servicios de salud de acuerdo a las necesidades.
Según el Boletín Epidemiológico No 48 del Instituto Nacional de Salud correspondiente a principios
del mes de diciembre del año 2012, se notificaron para el año 2012, 512 casos de muertes
maternas: 400 fueron muertes tempranas, 74 tardías y 38 por lesiones de causa externa. Las
entidades territoriales que aumentaron la notificación respecto al 2011 fueron: Valle de Cauca,
Córdoba, Tolima, Bogotá, y Magdalena en orden de proporción.
En comparación con Chile —con un nivel semejante de gasto en salud—, la razón de mortalidad
materna en el año 2010, según la misma OPS, estuvo por debajo de 20 por 100.000 nacidos vivos,
es decir, Colombia tiene una razón de mortalidad materna TRES VECES Y MEDIA superior a la de
nuestros vecinos.
En el Informe del año 2012 también se señala que en Colombia la proporción de recién nacidos
que pesaron menos de 2.500 gramos aumentó de 6,8% a 8,3% entre los años 2006 y 2009.
Además de la mortalidad materna otro indicador trazador de la salud pública es la mortalidad
infantil. El informe de la OPS afirma que la tasa de mortalidad infantil disminuyó en Colombia al
pasar de 22,3 por 1.000 nacidos vivos a 20,6 por 1.000 entre 2005 y 2008. Este es un indicador
agregado y no muestra las desigualdades territoriales cuyas dimensiones y causas deben ser
identificadas. Según datos de la página web del Ministerio de Salud, la tasa de mortalidad infantil
en Colombia en 2009 fue de 20,13 y la del departamento del Chocó de 66,58 por 1.000 nacidos
vivos. De nuevo, nuestros vecinos de Chile tuvieron en el año 2008 una tasa de mortalidad infantil
por debajo de los 8 casos por 1.000 nacidos vivos.
El Informe de OPS señala que el 30% de la población infantil más pobre, según necesidades básicas
insatisfechas, acumuló el 50% de todas las defunciones infantiles, tanto en los años 1998-1999
como en el período 2008-2009.
La lactancia materna exclusiva continúa siendo baja, en el año 2010 solo el 64,2% de los niños fue
alimentado con lactancia materna exclusiva en la primera hora de nacidos y tan solo el 42,8% de
los menores de 6 meses recibió lactancia materna exclusiva.
El mismo informe señala que en los adultos jóvenes, los homicidios, los accidentes de transporte
terrestre, los suicidios y la infección por el VIH representaron las primeras causas de muerte en
ambos sexos entre los años 2007-2009. En las mujeres, entre los períodos 1997-1999 y 2007-2009
causas relacionadas con el embarazo y el parto pasó del sexto al tercer lugar como causa de
muerte, después de los homicidios y los accidentes de transporte terrestre.
El año 2010 fue el de cobertura más baja en vacunación: poliomielitis 88%, BCG 83,5%, DPT 88%,
hepatitis B 87,9%, Hib 88%, triple viral 88,5% y fiebre amarilla 78,6%. Es de recordar que las
coberturas útiles de vacunación deben ser superiores al 95%, algún día las logramos y no las
hemos recuperado.
Frente a los eventos crónicos la respuesta institucional también es deficitaria: "El 8,8% de la
población de 18 a 69 años había recibido un diagnóstico de hipertensión; sin embargo, pocos
dijeron tomar medicamentos antihipertensivos y menos de 5% recibió asesoría nutricional o
recomendaciones sobre la práctica de ejercicio. La prevalencia de diabetes, referida por entrevista
en la misma población, fue de 3,5%, pero menos de 2% refirió tomar medicamentos, recibió
asesoría nutricional o sobre el ejercicio".
Para tos ferina, hasta la semana 48 había un acumulado de 10.362 casos, 28,6% confirmados. Al
comparar con el año 2011 la notificación había aumentado un 218%. Para el año 2012, el país
presentó una situación epidémica de tos ferina, situación no reconocida por el Ministerio de Salud.
Hasta la semana 48, se reportaron 87 muertes acumuladas por diarreas en menores de 5 años,
muertes potencialmente evitables con servicios de salud de acuerdo con las necesidades.
Las enfermedades transmitidas por vectores cuyos factores determinantes se relacionan con el
entorno y las condiciones de vivienda, muestran una situación epidémica en el caso del dengue: a
la semana 48 del año 2012, se habían notificado 179 muertes probables por dengue, de las cuales
51 han sido confirmadas. La letalidad por dengue grave para Colombia fue de 3,8%.
En el Boletín 48 del Instituto Nacional de Salud se lee que la tasa nacional de notificación de
parálisis flácida aguda era de 0,84 por 100.000 menores de 15 años, lo cual significa que no se
cumple la meta de notificación esperada para Colombia, que debería estar por encima de 1,
indicando deficiencias en la vigilancia en salud pública.
Esta es solo parte de la evidencia disponible sobre la crisis de la salud pública. Le invitamos
cordialmente señor Ministro, a revisarla, porque no se trata solo de definir las políticas financieras
del sector, sino también de garantizar la salud de la gente. Esta es realmente la finalidad del
sistema de salud y de las políticas sanitarias.
Una lectura desprevenida de los periódicos de la última década nos da una idea: el término "paseo
de la muerte" quedó acuñado en la conciencia colectiva, cuando múltiples narrativas en forma sistemática nos señalan que los ciudadanos no están siendo atendidos, dónde es, cómo es, y con
los recursos y la oportunidad que requieren sus necesidades.
El comportamiento de las tutelas es un fiel reflejo de la mala atención que recibe la población y
muestra claramente cómo la institucionalidad de la salud instaurada por el modelo de la Ley 100
se ha dedicado a poner barreras de toda índole para racionar, negar y omitir servicios. Las tutelas
señor Ministro, no son la causa de los problemas del sector como lo plantean algunos; son la
expresión y la consecuencia de un modelo injusto de prestación de servicios que insiste en
privilegiar la rentabilidad y la contención de costos, a expensas del sufrimiento de los enfermos y
sus familias.
La epidemia de sífilis congénita, señor Ministro, se da por una razón simple, a las mujeres
gestantes de Colombia, casi el 100% cubiertas con alguna forma de aseguramiento, no se les está
practicando el más simple de los exámenes y menos aún se les está dando el menos costoso de los
tratamientos. ¿Esta no es una falla de la prestación del servicio?
La fragmentación de la atención, la falta de continuidad en el servicio, las barreras geográficas,
administrativas y culturales, una ética acomodada a la visión rentística, la falta de definición de
responsabilidades de otros sectores al logro del mejor nivel de salud, constituyen razones para una
urgencia manifiesta en la toma de decisiones. La prestación de servicios de salud no es cualquier
industria y no puede administrarse como un negocio más.
Continuar centrando el diagnóstico de los problemas de la salud en Colombia en las finanzas del
sistema, mientras se ignoran los serios problemas que encuentran los colombianos para acceder a
los servicios de salud, y los pobres resultados que están obteniendo en términos de salud y
bienestar conducirá necesariamente a otro fracaso y a una frustración más.
El sistema requiere ser repensado, redimensionado, así como un nuevo ordenamiento de lo
público debe ir acompañado de un reordenamiento territorial, de manera que se restauren y
redefinan competencias a las autoridades territoriales de acuerdo con las capacidades y recursos
actuales.
Del señor Ministro con toda consideración,
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de Firmas
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